Etapa 7. Bazaruto

El mayor parque natural marítimo del Índico. Teniendo como base Vilankulo me parece muy buena idea hacer una excursión de un día al archipiélago de Bazaruto.

A 40 kilómetros del continente, está considerado Parque Nacional Marino ya desde la época colonial, desde 1971. Playas idílicas y desiertas, aguas azul-turquesa, cálidas, transparentes, barreras de coral que abruman y destino único para los amantes del buceo y esnórquel. Las manta rayas, tiburones ballena, delfines, tortugas y dugongos conviven con más de 2.000 especies de peces. El archipiélago está formado por cinco islas, aunque la mayor es la que da nombre al conjunto. El turismo, aún incipiente, es la principal fuente de ingresos. Excelente para actividades acuáticas, excursiones en barco, esquiar en sus dunas, viajar en dhow (embarcación tradicional de Mozambique)... las posibilidades en Bazaruto son infinitas. Por todo esto, es un destino idílico único y están consideradas como unas de las más bellas islas de África.

¿Cómo es posible estar en un sitio así completamente solo?

La excursión contratada me recoge justo a la orilla de la playa del alojamiento, donde el día anterior había estado disfrutando de las escenas de hombres y mujeres, cada uno jugando su rol en el arte de la pesca. Veo que me acompaña más gente, todos blancos y todos turistas. Somos ocho personas y la mayoría son sudafricanos, a excepción de dos francesas y yo, claro. El trayecto hasta la isla de Bazaruto se me antoja de lo más agradable. Observamos distintas especies marinas, sobre todos, delfines. También una gran cantidad de aves.

Playas desérticas, sorprendentemente desérticas, me esperan en Bazaruto

Descubro playas increíbles, totalmente desérticas y me pregunto como es posible que en pleno siglo XXI haya aún lugares así, sin gente y completamente vírgenes. Me alegro de ello y lo disfruto, en solitario.

No es habitual ver a lugareños en Bazaruto

Después de media hora de viaje en lancha motora, llegamos a nuestro destino. Bazaruto es un lugar mágico, único e increíble. Me siento comRobinson Crusoe en una isla perdida. 

Llegamos a Bazaruto. Toda la isla para nosotros

Por primera vez en mi vida hago snorkel. Una nueva imagen para mi retina que me llevo de este viaje. Nunca olvidaré lo que vi, esa primera imagen, el sumergir mi cabeza en las profundidades del agua. Para un iniciado como yo, no me podía creer lo que estaba viendo. Siempre había pensado que esas imágenes solo se podrían ver en los documentales o, como mucho, que yo no llegaría nunca a ver esa belleza. Corales y más corales, y peces más peces, de todos los colores inimaginables. Increíble.

Bazaruto es un enclave de obligada visita para quien vaya a Mozambique

En episodios anteriores, comentaba que de las imágenes que me llevaba de mi viaje era la de los campos de té de Gurué. Desde este día, tengo que añadir mi experiencia en Bazaruto. Después del snorkel, llegó el tiempo para dar un paseo por la isla. 

Bazaruto, eterno paraíso de Mozambique

Kilómetros de arena y más arena para mí solo. Y yo, de nuevo, pensaba que como es posible estar en semejante paraíso sin nadie más... este lugar en cualquier otra parte del planeta, estaría lleno de turistas, de gente... y, de nuevo, pienso porque me gusta tanto Mozambique. 

Llega la hora de comer. Pescado fresco y vegetales en un entorno envidiable

Es hora de comer y en el grupo preparamos un picnic, a base de pescado fresco y vegetales. Todo cocinado con fuego de leña y al lado del mar. Todo un placer. Después de la comida, nada mejor que reponer fuerzas con una plácido baño, solitario... todo el Índico para mí.

Yo, Bazaruto y el Océano Índico. Un baño inolvidable después de la comida

Llega la hora de regreso. La motora avanza a gran velocidad, que solo se detiene para contemplar a los delfines. Nosotros los observamos a cierta distancia, pero ellos se empeñan en acercarse y parecen querer jugar con nosotros.

Regresamos de Bazaruto a gran velocidad, que solo aminoramos cuando nos cruzamos con algún delfín

Llego al alojamiento. Ya tengo una experiencia más. Bazaruto no lo podría olvidar tan fácilmente. Después de un breve descanso, voy por última vez hasta el centro de Vilankulo, como mi día anterior. Me encanta improvisar y entrar en el primer sitio que me encuentro por el camino. No hay mejor manera de despedirme de mis días en Vilankulo y Bazaruto que dejarme llevar por la hospitalidad y amabilidad de su gente hacia el viajero.

Bazaruto y Vilankulo no solo es playa y costa, ya que respira el mismo ambiente y autenticidad que otros muchos lugares del país

Al día siguiente, cogería vuelo hacia Maputo para... ahora sí, ir poniendo punto y final a mi gran viaje a Mozambique. En Maputo pasaría mis últimas horas antes de regresar a Lisboa.

En Bazaruto viviría una de las experiencias que más me han marcado de mi viaje a Mozambique