Etapa 2. Quelimane

Comienza la aventura. De nuevo el sol luce con toda su fuerza en la ventana de mi habitación. No quiero irme de esta ciudad. Llevo cuatro días pero tengo la sensación que aún me queda mucho por descubrir. Pero no tengo todo el tiempo del mundo... hoy salgo hacia el norte. He contemplado la posibilidad de subir en autobús, pero pronto descarto esa opción. Las carreteras por el norte de Mozambique no son comparables a las del sur. Quiero aprovechar mis días, así que decido viajar a la ciudad de Quelimane (mi próximo destino) en un vuelo regular de LAM (Linhas Aéreas de Moçambique).

Una hora de Maputo a Quelimane con LAM, la compañía nacional de Mozambique

Preparo el equipaje, lo justo para mi aventura por el norte del país. Estaré en Quelimane, de allí partiré a Gurué. Después a Cuamba. De esta ciudad a Nampula en tren. De allí a Ilha de Moçambique. En total, nueve días.

Me espera la mejor experiencia de mi viaje por Mozambique

Pero vamos por partes. Aún estoy en Maputo. Me despido de Nuno y todo su equipo de la Guesthouse 1109 y lo que me sobra en la mochila les queda a buen recaudo. Volveré para continuar mi viaje por el país. Me quedan largas jornadas de viaje por el norte de Mozambique y quiero ir ligero de equipaje. Ahora sí, me dirijo al aeropuerto de Maputo.

Estoy nervioso. Aún más que cuando llegué a Maputo. No sé muy bien todo lo que me espera. Todos me comentan que el norte es muy distinto, nada turístico. Y siento aún más ganas de descubrirlo. El vuelo Maputo-Quelimane sale puntual, a veces esto no es muy frecuente en África.

Impresionantes vistas en todo el vuelo. Maravilloso el Índico y Mozambique

Es una maravilla este aeropuerto. En un minuto ya estoy fuera de la terminal. Y, en cinco, en la ciudad de Quelimane.

Mejor se podrá, pero más rápido no... Aeropuerto de Quelimane

El contraste con Maputo es grande. El trazado de calles, la manera de vivir, los mercados...todo es distinto. Aquí se nota la influencia musulmana. En el sur de Mozambique la mayoría de la población es católica. En el norte, musulmana. Y aquí, en Quelimane, veo las primeras mezquitas y a mucha población con hábitos y costumbres musulmanas. A partir de ahora, tomar una 2M ya no será tan fácil.

2M, la cerveja nacional

Es hora de comer. Quelimane es la capital de Zambezia. Y uno de los platos nacionales de Mozambique es el Frango (pollo) à Zambeziana. Así que no puedo dejar pasar la ocasión para probarlo. Es domingo, y la ciudad está a medio gas. Finalmente me dirijo al restaurante de un expatariado portugués. Me siento en la mesa y me cuenta las glorias de tiempos pasados, y que no le gustan los tiempos de ahora. Yo pienso: cada uno con lo suyo y desde su posición. Me limito a escuchar. A degustar su frango y a darle las gracias.

La ciudad está llena de bicicletas. Maputo estaba llena de coches. Aquí solo hay bicis, alguna moto pero apenas coches. Al final, compruebo que todas esas bicis, en realidad, ¡son taxis! Me encanta la idea. Y, al final, una razón más para que piense todo lo que me gusta esta parte del planeta.

Bicis y más bicis... ¡qué son taxis!

Me dirijo a su animado mercado (como no, en taxi-bici). Muy distinto al de Maputo. Más modesto, pero grande y con gran variedad. Allí todo se vende y, quien vende... sobre todo, mujeres y niños. Se desviven en una amabilidad que ya nos gustaría en por estos lares en más de una ocasión.

En el mercado de Quelimane comienzo a descubrir el Mozambique que más me gusta

Aquí me empiezo a situar y a comprender que Mozambique es mucho más que Maputo y sus sitios turísticos del sur del país. En Quelimane no coincido con ningún blanco ni con turistas, o eso creo. Lamentablemente estoy con el tiempo justo, así que me dirijo, antes de retirarme al hotel, a su vieja catedral. Es fiel reflejo de lo que la ciudad representó en tiempos coloniales. De una belleza y grandiosidad que me sobrecoge, a pesar de estar en el más absoluto estado ruinoso. Pero, a mí, estos lugares me encantan y me trasmiten, así que me quedo durante un buen rato contemplando toda su belleza.

Vieja catedral de Quelimane... una joya de otros tiempos

Mañana, me espera un largo viaje en chapa (he oído hablar mucho de esto trayectos en chapa en Mozambique y mañana me toca experimentarlo), así que me retiro a mi hotel, Élite. Cuenta con todos los servicios que necesito y, aunque modesto, no echo nada de menos y deduzco que posiblemente sea uno de los mejores alojamientos de la ciudad. Mañana toca madrugar muchísimo... y me esperaría lo mejor de mi viaje.