Maputo. Segundo día

Segundo día. Barrios de Mafalala y Polana

Madrugo al mismo tiempo que el sol. Es decir, madrugo mucho o, al menos, más de lo que estoy acostumbrado, pero mis ganas por descubrir Maputo no me dejan pegar ojo mucho más. Después de coger fuerzas con un buen desayuno y de impregnarme todo el cuerpo con repelente para mosquitos, me dirijo a Mafalala. Allí quedaría con Anna, una joven estudiante de Turismo en la Universidade São Tomás de Moçambique. Ella colabora con la Associação IVERCA, y será la encargada de enseñarme este barrio histórico de Maputo.

Anna, activista de una de las asociaciones culturales, con dos niñas del barrio de Mafalala

Entrar en este barrio es adentrarse en un barrio que transmite, desde el primer instante, autenticidad, con una impresionante riqueza cultural e histórica. Fue aquí donde nació la inquietud independentista, ligada a un fuerte movimiento intelectual en las décadas de 1950 y 1960, y donde dos vecinos del barrio, la gran poetisa Noémia de Sousa y el escritor José Craveirinha publicaron el primer manifiesto anticolonialista. Se dice que allí surgió la marrabenta, el estilo musical por excelencia del país, se izó por primera vez la bandera del Mozambique independiente y allí también nació uno de sus vecinos más ilustres, Eusebio, el gran futbolista que ya desde muy joven triunfaría en Portugal. Hoy en día toda esa agitación política y cultural, reflejo de su pasado, es visible en sus calles y habitantes. Desde locales con música en directo, mercados o asociaciones con mujeres y jóvenes al frente que miran al futuro con decisión, a pesar de las dificultades... Entre sus logros más recientes están, entre otros, la constitución de la activa asociación Iverca, el grupo de danza tradicional Tufo de Mafalala y la reciente inauguración del Museu del barrio, que ya se ha convertido en todo un referente cultural y ejemplo de turismo sostenible y responsable. Un barrio que llevaré siempre en el recuerdo de este viaje.

Mafalala resume la esencia de Maputo y posiblemente también sea un buen reflejo de la idiosincrasia del país

Me han pasado las horas en Mafalala sin darme cuenta y he de aprovechar al máximo el tiempo. A mi mente viene el recuerdo del día anterior: el sol se esconde pronto en Maputo. Le doy las gracias infinitas a Anna y a toda su gente por la amabilidad y por su explicaciones. Me dirijo a mi siguiente punto, el barrio de Polana. Allí tropiezo con su iglesia, modernista, construida en 1962 por el arquitecto portugués Nuno Cavreiro Lopes. Y como podéis ver en la imagen, se entenderá perfectamente por qué es conocida coloquialmente como la igreja espremedor.

La iglesia de Polana, con su característica forma de flor invertida, merece ser visitada en Maputo

Continuo mi paseo por la avenida Julius Nyerere, una de las principales arterias de la ciudad. Imponen sus impresionantes edificios, sus tiendas y hoteles lujosos... sin duda, estoy ante una de las principales arterias de clase media-alta de la capital. Paso por la residencia presidencial, aunque la miro de reojo y con paso firme, la seguridad y la cantidad de policías que hay alrededor me intimidan un poco y, por supuesto, nada de sacar la cámara de fotos. Llego a mi siguiente punto de destino: a la Feria de artesanía, flores y gastronomía (FEIMA). Otra de las paradas obligatorias en Maputo para conocer de primera mano el trabajo de los artesanos y artistas locales. Y obligado también, si se desea comprar, regatear. Además, un buen punto para degustar los platos más saborosos de la cocina mozambiqueña en los numerosos restaurantes de la propia feria.

Feima es punto de encuentro de todos los artesanos de la ciudad

Después de alguna que otra compra y un pequeño descanso en uno de los muchos bares y restaurantes que hay en la feria, me propongo acercarme hasta el Núcleo de Arte. Allí quiero conocer de primera mano el trabajo que hacen los jóvenes en esta asociación fundada ya desde tiempos coloniales. Está situada en un bonito edificio. El local dispone de una amplia sala de exposiciones, además de bar-terraza y varios locales donde se puede ver a los pintores y escultores trabajar. Allí me cuentan la labor que hacen, pero se quejan de que apenas no tienen apoyos para todas las iniciativas que tienen en mente. Es un lugar que se respira autenticidad, alejado del circuito turístico y donde se puede ver un trozo del Maputo real.

El Núcleo de Arte es un proyecto interesante que debe ser apoyado o, al menos, visitado.

Intento exprimir al máximo mi primer día al completo en Maputo. Miro el reloj y decido que aún me queda tiempo para conocer unos de los edificios más bonitos de la ciudad: el Museo de Historia Natural. Decido coger un taxi, aunque pronto me doy cuenta que no ha sido buena idea. A estas horas la ciudad ya es un hervidero de gente y el tráfico se vuelve insoportable. Aunque no sé si hay más coches por las carreteras o más personas por las aceras.

En hora punta, Maputo es un hervidero de gente de un lado por otro

En cualquier caso, la estampa me seduce y me doy cuenta de por qué me gusta tanto África. Llego cuando faltan diez minutos para el cierre. Aún así, puedo acceder sin problema y, eso sí, la visita ha de ser muy rápida. Lo suficiente para admirar la belleza de este edificio, de claro estilo manuelino, fundado en 1911. Fue escuela de primaria hasta 1933, que ya abriría sus puertas como museo. Destaca por su gran colección de animales, muchos réplicas pero otros embalsamados. Parece que está toda África ahí metida. Flora y fauna de Mozambique resumida en unos cuantos metros cuadrados. Su colección de mamíferos está formada por más de 200 especies y posee una más de 700 aves. Pero lo que más me llama la atención es la colección de fetos de elefantes, desde su concepción hasta el último mes de gestación. Me impresiona. Su jardín tampoco desmerece, con multitud de árboles autóctonos. Pero ya es hora de irme. Hoy hay tiempo para más. Las miradas del personal se dirigen hacia mí. Ya llegó la hora del cierre. Doy las gracias a su atenta recepcionista y prometo volver otro día con más calma.

El Museo de Historia Natural es otro de los principales monumentos de Maputo que merece la pena

Aprovecho que estoy a tan solo unos pasos del famoso Café Acácia, del que tanto me han hablado. El café es famoso ya desde la época colonial y conocido por sus impresionantes vistas a la bahía de Maputo. Compruebo, tal y como me habían comentado, que el lugar sigue siendo punto de encuentro de ex-patriados, especialmente portugueses. Allí coincido también con un matrimonio mixto, española ella y mozambiqueño él, con dos simpáticos niños. Estos días reciben la visita de los abuelos desde Andalucía, que han conocido a sus nietos por primera vez. Charlo con ellos amigablemente y me cuentan que llevan ya unos cuantos años en Maputo y que les gusta la vida en la ciudad. En cierta medida, me dan una envidia enorme. Me despido de ellos y nos deseamos las mejores de las suertes.

Vistas de la bahía de Maputo desde la terraza del Café Acácia

Aparte de las vistas, el café Acácia no me dice mucho más. Prefiero descubrir un Maputo más puro, más auténtico y, para ello, me dirijo a mi siguiente y último destino del día. Eso sí, antes hago una pequeña parada en el alojamiento. Nuno y su equipo me reciben con las mejores de las sonrisas. Ducha rápida, una cerveza 2M para recuperar fuerzas y me encamino a otro de los descubrimientos de mi viaje a Mozambique. De esos sitios a los que volvería más de una vez. En cuanto entro por las puertas de la Associação dos Músicos Moçambicanos, me doy cuenta lo feliz que me siento en ese trozo del continente.

La asociación es un punto de encuentro de los jóvenes músicos de la ciudad. Organizan exposiciones, presentaciones y sesiones de conciertos. Para los que nos gusta la música y, especialmente, vibramos con los ritmos de los PALOP (Países Africanos de Lengua Oficial Portuguesa) es una verdadera maravilla este sitio.

Después de haber disfrutado (y bailado) de lo lindo, me retiro a dormir pensando en el brillante colofón a este día tan intenso, a mi primer día en Maputo. me quedo dormido pensando en que me deparará el siguiente día.